lunes, 25 de septiembre de 2017

Música y gastronomía para reunir a las personas

El domingo 24 de septiembre, tal y como habíamos anunciado hace unos días, se celebró la primera edición del Festival En Clave de Aragón en la comarca de Sobrarbe.  Una iniciativa nacida con el propósito de dotar de vida cultural, musical y gastronómica a las localidades afectadas por el éxodo de sus habitantes.
La programación musical se caracteriza por girar en torno a composiciones del Barroco y Renacimiento. Para la primera cita de esta primera edición del festival tuvo lugar un concierto de la Coral de Fraga en  la Iglesia de San Miguel de Samitier -siglo XVII, al que siguió una degustación y venta de vinos y productos agroalimentarios en el entorno de la Iglesia. Posteriormente, el programa incluyó  un show cooking a cargo del destacado cocinero aragonés Rubén Pertusa, chef del Restaurante Entremón (Ligüerre de Cinca).
Este Festival cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Tierrantona, la Comarca de SobrarbeTUHUESCA (Diputación Provincial de Huesca), Turismo de Aragón,  y las firmas agroalimentarias que aportan sus productos: Melsa Embutidos ArtesanosBodega Otto BestueBodega PirineosCerveza RondadoraAbadía SamitierPanaderia La Fueva, el Geoparque Mundial Unesco Sobrarbe-Pirineos, y Ligüerre Resort.
Las personas interesadas todavía están a tiempo de acudir a la segunda jornada que se celebrará el próximo sábado 30 de septiembre en la misma iglesia con la actuación de Storm Quartet, un grupo formado por Alumnos del Conservatorio Superior de Música de Aragón (sesiones de mañana y tarde).
En cuanto a la jornada del día 24, cabe destacar la calidad y nivel del conjunto coral fragatino que desarrolló un animado repertorio en el que combinó  obras del Barroco y otras épocas clásicas con canciones "más modernas". Especialmente emotivo fue escuchar su interpretación del Aleluya de Leonard Cohen. Deleitarse con una canción de amor de un cantante canadiense inspirada en versos bíblicos, versionada en catalán por un grupo de aragoneses/as del Bajo Cinca que se desplazaron a un pueblecito quasi abandonado del Sobrarbe, resultó una experiencia magnífica. Pero no  nos vamos a quedar sólo con la emoción del momento sino que éste nos da pie para reflexionar cómo  la música, los sentimientos y  múltiples aspiraciones nos unen a todos, más allá del afán de algunos por trazar fronteras entre territorios. Afanes, por cierto, que  están perturbando la convivencia a la vez que nos distraen de los asuntos principales. 


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