lunes, 6 de diciembre de 2010

Pasado, presente y ... ¿futuro? del torno de aceite

Al final de este largo día, queda pendiente elaborar un resumen con lo que ha sido el activo y productivo fin de semana, tiempo en el que hemos revivido una de las costumbres de antaño: la elaboración del aceite. Pero antes de contarlo, parece oportuno rescatar el relato  que para el Caixigo  nº 2 del año 2005 nos hizo Emeterio Villar de casa Tejedor contando la historia del torno de aceite de Troncedo:

Los olivos en Troncedo (mi niñez)

Tradicionalmente en Troncedo se había producido aceite para el consumo. El año que había cosecha, se guardaba en el granero o en la bodega en tinajas de barro o pilas de piedra junto con los jamones, las conservas y el trigo. Estas estancias se cerraban con llave para que no entrara ningún ratón, ni de cuatro patas "ni de dos". Si un año sobraba aceite se dejaba en la tinaja para el siguiente y se juntaba con el nuevo. Si era un poco fuerte, duraba más pues se ponía menos cantidad en los guisos. ¡Entonces no existía la fecha de caducidad!  

Cuando había apuros para pagar la contribución o comprar algo para las fiestas de San Lorenzo o Navidad se vendían algunos litros, dependiento de la cantidad que se disponía. ¿Quién  compraba si nadie tenía dinero por aquel entonces? El Sr. Emilio Rami Espuña de casa Joaquín compraba el que le vendían en Troncedo, completaba carga en Salinas y Trillo y, tras envasarlo en "boticos" de piel de cabra lo llevaba a vender a la montaña, bajándose a su regreso patatas para sembrar llamadas cuarentenas blancas, muy buenas. 

Volvamos al oro líquido -las olivas-. Las mejores se criaban en San Quílez, Las Cuastas, Las Cabaniellas, El Pocino, El Redolón, La Coma, Los Mayuales, La Oliva, El Olivarón, ...(todos términos del lugar) Después de la recogida se llevaba a moler a Formigales, Trillo o Palo. En aquellos años llovía y nevaba mucho más que ahora. Cuando la nieve cubría las entradas de las casas lo primero que había que hacer por la mañana era "traña" (camino con la pala) para ir a lo corrales, faenas, ...

Como consecuencia del mal tiempo invernal se acordó construir en Troncedo un molino, así se evitaría el traslado de las olivas a otros lugares. Se formó una sociedad entre diez casas del pueblo y, después de mucho mirar y tras desechar otros emplazamientos, se decidió ubicarlo en una faja del alcalde, José Fumanal Solanilla, cerca de la fuente. Las piedras para su construcción se arrancaron de la misma faja. Todavía tengo en mi memoria a mi tío Agustín Castán Carrera, socio fuerte, golpeando las piedras recias con la maza que conservo como recuerdo. Muchas maderas de las utilizadas son de chopo de Las Espulgas de Viu, cuando se desemboscaban se espaldó la mula "guita", ¡pegaba unas coces qye bi veas!, era pequeña pero más fuerte que el acero. Por suerte no le pasó nada pero el susto fue gordo. Las losas del tejado se arrancaron en Sanchús de Blan, en el Chuñán de Sarrat y en Cochartiga, junto al camino de bajada a Las Comas, donde se daba sal a las ovejas. Las transportaban una reata de animales con los ganchos de carga. Las "leras", que eran las losas más grandes, eran  utilizadas para las esquinas y la parte inferior del tejado. Las puertas y las ventanas las hizo el Sr. José Cabrero, el carpintero de Formigales con maderas de los pinos que serrábamos en los pinares. De esas maderas obteníamos también las "latas" o "barderas" que se utilizaron en el tejado para sujetar las losas. Como argamasa se utilizaba el barro blanco o "buro", el cemento iba con cuentagotas.

Recuerdo con nostalgia los trabajos para su construcción. Yo era el pinche de la cuadrilla, tenía quince años (1952) y ¡tanta ilusión por delante!. Aún resuena en mis oídos: "Zagal, aparta ixa tierra", "Acerca el botejón", "¡Trai-e la bota vino!", ...

El mecanismo de prensa (los usillos y el cabezal) se compraron en casa Pascau de Enate y la piedra de moler en Montearnero -cerca de El Grado-. Todo ello fue transportado en la camioneta de Rito, el maestro de Trillo. Para cooridnar los trabajos decíamos: "¡imos  de junta!" y la reunión se hacía en casa del alcalde -Casa Solanilla-. Como estaba en el medio del pueblo a todos nos iba bien. No faltaba el secretario, Florencio Plan Gracia de casa Sarrat. Los socios o casas eran: Viu, Tejedor, Sarrat, Joaquín, Torrocella, Solanilla, Paxual, Salas, Perera y Torretas.

En el año 1952 se terminó y se puso en funcionamiento. Al segundo pie que se hizo se rompió la bancada y se agrietaron las pilas. Se tuvo que rehacer de nuevo. Se puso un tronco de roble abajo para que, al apretar, subiera la bancada. Esto tronco lo subieron de Garbiés de Torrocella. La idea fue del Sr. Emilio de Casa Joaquín y funcionó. El 5 de enero de 1953 se reinauguró, llevando cada socio dos anegas de olivas. Todavía me acuerdo del pan tostado untado con el primer aceite con azúcar y del vino de la bota. Todos felices nos retiramos de madrugada a descasar la noche de Reyes, más contentos que un chico con zapatos neuvos. Pero poco duró la alegría, a la mañana siguiente, la Sra. Emilia Salinas nos despertó en el barrio de San Angel: "¡Emilio ha muerto!" gritaba desesperada. ¡Vaya día de Reyes que pasamos todo el pueblo! 

Tantos esfuerzos e ilusiones invertidas duraron sólo 11 años. En febrero de 1964 se produjo una helada que mató prácticamente todas las oliveras del pueblo. Se quedaron sin hojas y la corteza se arrancaba como la piel de una culebra. Las que fueron bribadas a lo bruto volvieron a brotar algo pero la ilusión ya desapareció.

¡Pobres antepasados!, con las paredes que tuvieron que hacer de muchos metros de altura para poner una olivera en un espacio que no entraba el par de mulas para labrar. ¡Qué lástima de oliveras, árboles centenarios dignos de ver y cointemplar y que jamás se podrán recuperar! ¡Con qué mimo y esfuerzo se trabajaron para que dieran las olivas y de ellas extraer el precioso oro líquido. ¡Ahora todo perdido!




Así concluía su relato Emeterio, memoria viva del nacimiento y también del abandono del viejo molino. Pero también testigo de su rehabilitación y de su puesta en marcha en el día de hoy. No me equivoco si afirmo que  Emeterio ha vuelto a disfrutar "como un chico con zapatos nuevos".

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